lunes, 15 de diciembre de 2008

El comienzo de "algo"

Despertó con las manos ensangrentadas, se levantó de un salto, desorientado, con un dolor de cabeza de aquellos, punzante, penetrante, digno de una noche de juerga de proporciones. Miró a su alrededor, las manchas de sangre estaban por doquier. Buscó en sus recuerdos algún indicio de que pudo haber pasado, pero por más que lo intentaba no recordaba absolutamente nada. Siguió intentándolo sentado en el piso. Se sentía cansado y lo único que quería era descansar. La habitación era pequeña, una cama matrimonial, una cómoda con una tele encima y un baño. La pieza era antigua, en las paredes se notaban manchas de humedad y en otros sectores la pintura se estaba cayendo a pedazos. La televisión estaba en el piso, prendida pero sin señal, ese ruido molesto de interferencia envolvía el ambiente. Los cajones estaban en el suelo, pero vacios, la cama estaba intacta, solo algunas salpicaduras de sangre estropeaban lo que era la carta de presentación de la habitación. El dolor de cabeza empezó a decaer hasta llegar a ser una pequeña molestia que pasaba desapercibida.

Lo que más le preocupaba era de donde había salido la sangre. No sentía ningún tipo de dolor, salvo el de cabeza que comenzaba a desaparecer; por ello buscó la herida de donde había salido aquel liquido rojo, pegajoso que con el paso del tiempo se vuelve de un color rojizo oscuro; pero no encontró nada en su cabeza y fue en ese momento en la desesperación se apoderó  de él, una transpiración helada brotó de su sien y comenzó a bajar lentamente hasta su cuello, tenía las manos transpiradas. Escudriñó en cada lugar de su cuerpo, pero fue en vano. Esa sangre no era de él.

Intentó tranquilizarse un poco, respiró hondo, su corazón se desaceleró y trató de recordar pero no había nada en su memoria y se dio cuenta que no sabía nada de él, ni su nombre, ni su edad. Se levantó y fue al baño intentando buscar algún tipo de respuesta en el espejo. Sintió un leve alivio cuando se encontró con su rostro, era familiar, lo sentía suyo.